¿Por qué un programa y por qué un blog para elaborarlo?

En primavera de 2017 habrá elecciones a rector de la UAM. He manifestado públicamente mi intención inicial de concurrir a estas elecciones, si bien aún no hay convocatoria electoral, y por tanto tampoco soy aún candidato.

En las elecciones importa quiénes sean los candidatos. Pero tanto o más importan los programas. Aunque es frecuente banalizar los programas electorales de los partidos políticos, porque de ellos se dice que están vacíos, que son irrealizables, o que luego en el poder se incumplen sistemáticamente, lo cierto es que la ciencia política da buenos argumentos a favor de los programas electorales.

En primer lugar, el programa cualifica todo proceso electoral. La competencia en programas permite canalizar las preferencias de los electores hacia propuestas u objetivos concretos, en lugar de hacia genéricas adscripciones ideológicas, hacia intereses de grupos o, lo que es peor, hacia consideraciones superficiales sobre el carisma o los rasgos externos de los candidatos (empatía, inteligencia, sobriedad, etc.).

En segundo lugar, la elección basada en un programa (el que presenta el candidato) legitima intensamente las acciones de gobierno. Cuando el elector ha apoyado un programa, el candidato electo está naturalmente llamado a cumplirlo, porque su propuesta se ha convertido en un deber (político). En esa medida, el electo está no sólo legitimado para gobernar, sino para hacerlo conforme al programa propuesto. En esa medida, el electo no está ya obligado a convencer o a buscar apoyos para las propuestas del programa. Estas ya son líneas de gobierno, y aunque podrán acomodarse a las exigencias de la realidad, ya no necesitan mayor apoyo de la comunidad electora (ni de otros actores políticos).

En tercer lugar, el programa es fundamental para dar coherencia a un equipo de gobierno. Sin desmerecer el papel del liderazgo, un equipo de gobierno funciona tanto mejor cuanto mayor es su identificación con un programa. Esto permite, de entrada, que el responsable de cada área o sector de gobierno tenga una guía de actuación compartida por los demás. Y también permite reducir el número de las interferencias, porque entre los miembros del equipo opera la confianza de fondo que resulta del programa común.

Hay, en suma, buenas razones para que las elecciones a rector de la UAM se basen en programas. Pero hacer un programa no es fácil. Es necesaria mucha información y mucho análisis. Una parte de esto se puede conseguir a partir de bases de datos. Pero la información cualitativa y el análisis sólo se pueden obtener de la experiencia y opinión de los miembros de la comunidad universitaria. Esto no es una simple apuesta retórica por la participación política: es una opción interesada, que busca dotar de la mayor calidad posible al programa.

Poco a poco desde el inicio del verano pasado, he empezado a visitar y preguntar a algunas personas que, por distintas razones, creo que pueden aportar ideas, datos y opiniones muy interesantes para elaborar una propuesta electoral. En los siguientes meses seguiré consultado a más gente. Para también conviene abrir más el espectro de las consultas, hacia cualesquiera miembros de la comunidad universitaria que tengan algo que decir para mejorar el futuro de la UAM. Para todos ellos es este blog.

En las próximas semanas iré subiendo a este blog algunas primeras aproximaciones a los grandes temas en torno a los cuales girará el programa. Es mi deseo que esas propuestas iniciales susciten debate y respuesta. Estoy abierto a recibir opiniones, ideas, objeciones, datos o propuestas a través de este blog o, para el que lo prefiera, a través de mi correo electrónico: francisco.velasco@uam.es.

Empezamos.

Francisco Velasco Caballero